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Pieces of my complex world

domingo, 31 de octubre de 2010

Amigos por decisión

El hecho de que hayamos crecido juntos no nos hace amigos, y no precisamente por haber crecido juntos nos hace conocernos mejor, pues puede que ni aun el término "conocernos" se aplique a nuestra realidad. Eres amigo de quien decides serlo, no hay de otra. No es casualidad, es una decisión.
‎"What you see is what you get"

Amigos o conocidos

El hecho de que hayamos crecido juntos no nos hace amigos, y no precisamente por haber crecido juntos nos hace conocernos mejor, pues puede que ni aún el término "conocernos" se aplique a nuestra realidad.
Eres amigo de quien decides serlo, no hay de otra. No es casualidad, es una decisión.
Hay veces donde nos enfrentamos a esa realidad y de verdad que esta puede pegar muy duro.
Creer que eras amigo de alguien de quien realmente no lo eras puede que sea mas difícil de aceptar que el hecho de que los años pasaron y no te diste cuenta de la realidad desde antes.
Quizá sea la costumbre de estar rodeado todo del tiempo de las mismas personas en un ambiente en común lo que nos hace pensar que ya hay algo que podríamos considerar una amistad. ¿Y porqué no?, si después de todo, nuestros padres son amigos, vamos a la misma escuela, frecuentamos la misma gente, vamos a las mismas fiestas, nos vemos prácticamente todos los días y cuando estamos juntos la pasamos bien. En fin, eso NO es AMISTAD. La amistad verdadera envuelve más que todo eso. Se trata de ser auténticos, reales y humanos, de ver a esa persona y decidir compartir con ella esa parte de ti que no todos ven. Es dejarle ver tus errores y aun así decidir seguir siendo amigos. Es alegrarte cada vez que le ves y gastar horas platicando sin que se acaben los temas de conversación. Es no verle por años y al encontrarse otra vez sentir que el tiempo no ha pasado y que todo sigue justo como desde el momento de la separación. Es hacerle un chiste y reírse juntos por horas como tontos. Es no olvidar su cumpleaños, y si lo haces, siempre tienes el chance de justificarlo alegando tu falta de cordura o memoria a cosas importantes, y todo se resuelve con una invitación a un helado y un "prometo no volverlo a olvidar", y ¡más vale que sea cierto!
Es aquel con quien NO siempre quieres estar, pero que si le tienes en frente, es el primero a quien quieres saludar. Es a quien celas en secreto, a quien amas con locura, y a quien admiras con desenfreno. Es ese ser capaz de hacer que lo terrible y triste se vuelva divertido y no tan malo cuando están juntos, como si todo lo demás ya no importara. Es quien siempre te entiende, y si no te entiende, trata de hacerlo. Quien te regaña con libertad cuando estas haciendo algo mal, y aunque te duela, le sigues queriendo porque sabes que no lo hace para molestarte, sino porque te quiere demasiado. Quien te apoya en tus locuras y no te deja hacer estupideces solo. Es quien no te miente. Es quien te valora y te respeta. Es quien se parece tanto a ti que lo hace insoportablemente agradable, porque ser tan iguales los hace totalmente diferentes y eso es bueno, ya que lo distinto se complementa. Es tu compañero de batallas y quien hace el bailecito estúpido contigo cada vez que algo te sale bien. Es esa persona a quien le debes el mundo y nunca te cobra. A quien le pagas el pasaje de bus y no te duele hacerlo. Es quien descubre cuando te gusta alguien con solo ver tus ojos. Con quien mantienes una plática sin palabras, solo gestos y aun así se entienden. Quien puede interpretar como te sientes con solo leer la forma como escribes "hola" en un mensaje de texto o en el chat.
Si, todo eso y mucho más es un amigo. Es todo un tema a discutir. Lo más curioso es que normalmente este tipo de amigos se limita a uno por persona, y algunas veces 2 o 3 por persona, pero esos casos son más raros. Lo importante es que hay uno para cada uno, y el otro asunto aún mas difícil es encontrarle y pedirle ser tu amigo, porque con encontrarlo no basta.

Sabrás que lo encontraste si aun dejándolo libre vuelve siempre a ti, como si el tiempo nunca hubiera pasado

lunes, 11 de octubre de 2010

Odio

"Odio" es una palabra fuerte que no se debería usar, sin embargo me encuentro usándola muy a menudo.
"Te odio" es aún más fuerte, ya que se supone que no deberíamos odiar a nadie ni a nada, pero ¿cómo evitar sentirlo y llamarlo de una forma más retórica y menos dolorosa?
Sí, te odio, y odio a tus nuevos amigos, y eso me hace odiarte aún más. Odio el hecho de que ellos hayan llegado, que te hayan robado de mí, que se hayan robado tu atención que hasta entonces era mía. Odio que los prefieras a ellos, que ellos sean tus nuevos súper héroes, la gente cool, los artistas, los volados, y que yo me haya convertido en una del montón que tú tanto desprecias.
Te odio porque no eres lo que yo quisiera que fueras, y sin embargo te amo por eso, porque eres justo quien quieres ser.
Cualquiera diría que qué tipo de crush u obsesión es esta que tengo contigo, pero es solo que realmente te amo demasiado y eso es patético. Te amo como aquella niña que ama a su oso viejo de felpa, oloroso a años y travesías, amigo irremplazable y que aún cuando ella crezca la va a seguir acompañando hasta la tumba, aunque hace muchos años él haya dejado de existir o haya sido desechado a la basura por su madre en secreto. Todo es inocente, e inmaduro.
Eres algo así como mi héroe, demasiado cool y loco. Haces las cosas que yo nunca me animaría a hacer, y dices las cosas que yo en secreto digo y reservo en mi cabeza, cosas por las cuales después ando pidiendo perdón a mi Creador.
Te amo porque me amas y ves algo cool en mi (a veces) y cuando no, aun así me amas por compromiso.
Te amo porque me haces reír y sufrir cuando te veo lejos de lo que los dos sabemos que es lo mejor, aunque digamos que no.
Me duele ver que ames más las cosas del mundo, las cosas creadas, más que al Creador. Y aunque me desmientas con tus palabras y gestos y acciones, tus otras acciones, gestos y palabras me dicen lo contrario. Tanbien por eso te odio, porque you mess up with my mind. 
Te odio porque eres de las pocas personas que me pueden poner en evidencia con facilidad.
Te odio porque odias que use la Biblia y los principios en nuestras charlas, pero qué puedo hacer, es lo que soy y lo que tengo en mi disco duro; no lo puedo evitar; ver las cosas a la luz de la Luz.
Te odio porque no se qué caminos estás tomando, o si realmente estaás viviendo la vida santa en secreto, o si de verdad estas corriendo en la dirección opuesta de la sabiduría que has aprendido todos estos años y de verdad no quieres nada con ella. NO LO SE, y por eso aun más te odio.
Te odio porque me gusta odiarte, porque no puedo decirte lo que siento y pienso con libertad. Te detesto porque veo cuán MALA amiga soy contigo, porque debo admitir que difícilmente oro por ti, ya que con costos y oro por mi, y me sé responsable de velar por tu alma en oración porque sé que esa es la única forma en que nunca te voy a perder, pero ¿qué decir? ("El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.")
Te odio porque si te pierdes siento que va a ser por mi culpa (por no cuidar de ti en oración), y si oro por ti, eso implica que yo tengo que vivir bien por amor a ti... pero ¿cómo amarte si te odio?
Te amo, y lo sabes, pero sabes que no amo lo que haces, y aun así amo lo que haces por que eres demasiado osado e irreverente. Haces lo que muchos quisiéramos hacer pero que nunca nos vamos a atrever a hacer.
Te enamoras y se lo dices al mundo. No te importa nada. Yo no puedo hacer eso, además todos de los que me he enamorado en realidad no han sido sino amores que sé son  platónicos porque sé que yo misma no me permitiría una entrega a tal nivel.
Te odio porque soy más de lo que imaginas, pero si te lo revelo te espantarías y posiblemente me juzgarías duramente, y perdería delante de tus ojos el poco respeto que tendrías por mí, y tampoco por eso pienso revelarte este escrito aunque muero por que lo veas solo para que entiendas un poco de mí. Quiero contártelo todo, pero mis principios me detienen de hacerlo.
Si, te odio, pero entre más escribo, te odio menos.
Tus palabras duelen, porque son verdad y me descubren y a mi engaño también, y eso no nos gusta ¿Por qué eres así, porqué te gusta ponerme en evidencia? ¿Porqué te gusta hacerme dudar, porqué buscas que no te quiera y que te odie con tus acciones?
Me lastimas cuando me dejas plantada por ellos, cuando me dices que tienes algo para contarme y nunca lo haces, cuando te parezco poco interesante o poco cool, cuando por una u otra razón ya no me necesitas.
Se que amas que comente tus fotos, no se por qué, quizá eso prueba que me importas y que aún te amo, pero siempre te he amado, solo que algunas veces lo hago en silencio y desde lejos... solo es eso....
Ya se me acaban las palabras, he vaciado mi alma. Hace mucho venía guardando cosas que necesitaba sacar fuera, pero no sabía cómo ni dónde sería el mejor lugar.
Amo ser parte de tu mundo y que te sientas feliz de tenerme ahí. Soy tu fan numero uno, o dos, no se, quizá esté muy atrás, pero lo que sí sé es que te amo tal y como sos. Eres como mi niño pequeño que no sabe nada de la vida, mas cree saberlo todo. Necesito protegerte, aunque no se ni de qué. Te amo demasiado, tanto como no imaginas, y eso me hace querer odiarte más aún, porque entonces talvez así no me importarías tanto.
Te amo y te odio al mismo tiempo (que loco) pero creo que te amo más de lo que te odio… sí, te amo más, mucho más. Me haces falta, mucha.
Amo tu lado sensible, el que se conmueve por el desvalido, el que busca defender y salvar al mundo con una sonrisa. Amo tu lado cómico, que siempre usabas para hacerme reír cuando estaba triste o cuando la carga era mucha. Amo la forma en que me ves con esos ojos de niño pequeño y que me dicen más de mil palabras. Amo tu sonrisa, ella cura todos mis males. Amo tu ropa, tu look, tu rareza. Amo tu genialidad y tu extravagancia. Amo tu ser artístico y lunático que cautiva al mundo artista que te alejó de mí, y altera al mundo centrado que tanto te critica sin saber. Amo tu forma transparente de ser, amo tu descaro al hablar y la forma en que te revelas a lo estipulado desde los principios del mundo. Sip, te amo. Te amo como una hermana mayor ama a su hermano menor que esperó por mucho tiempo y que al fin sus papás decidieron darle. Te amo como un niño ama a su perro, te amo como amo las galletas y las estrellas, donde vos sos una de ellas. Te amo demasiado. Eres ese regalito que por mucho tiempo soñé tener.
Te amo aunque lo dudes, y aunque mis acciones y gestos muchas veces digan lo contrario.
Odio que me saques de base, pero lo amo porque entonces sacas el ser escritor que llevo en mi interior y que hace mucho tiempo dejé guardado en un baúl porque contaba las cosas más oscuras y censurables que mis ojos pudieran leer. Sí, te amo y te odio, no lo puedo evitar.
Odio preferir dejarte libre que luchar por vos, y odio que me dejes hacerlo sin poner ni una resistencia. El día que te cases con tu chica de ensueño, la unicornio, esa que es de color nieve, con postura de espaguetis, de cabello castaño lacio desarreglado, esa que cante, toque, componga, dibuje y pinte; cuando ella llegue con gusto te voy a entregar, pero entre tanto, no quiero compartirte con nadie que sea más cool que yo, nadie que pueda robarse tu atención de mi lado.
¿Posesiva? Sí, tal vez, pero no me importa.
Y por todo eso es que te odio y te amo, mi querido peque amigo, no porque quiera odiarte ni dejar de amarte, sino porque las circunstancias me lo piden y me obligan. Espero algún día puedas entender las cosas tal como las veo ahora.
Te amo peque, así que nunca me lastimes diciendo que no lo hago, que no te amo diciéndome un "me odias" porque te equivocas como nadie jamás se ha equivocado.